La terapia familiar entiende que el comportamiento de las personas no se da aisladamente sino en un contexto más amplio que incluye a otras personas significativas con las que se relaciona, especialmente la familia. Es por ello que la terapia familiar se beneficia de los recursos de cada uno de los miembros de la familia para ayudar a solventar los conflictos existentes y mejorar la calidad de vida de cada uno de ellos. La terapia familiar ayuda a las familias a superar las crisis, mejorar la comunicación y preparar a los distintos miembros frente a los diferentes cambios en la familia, como la llegada de un nuevo miembro (nacimiento de un hijo, adopciones, formación de una nueva pareja, etc.) rupturas (separaciones, divorcios) enfermedades o muerte de algún miembro de la familia, duelos, conflictos en la pareja o con las familias de origen, acontecimientos vitales estresantes, etc.
- Dificultades en las relaciones dentro de la familia.
- Crisis durante los cambios significativos del ciclo vital (nacimiento de hijos, jubilación emancipación de hijos, cuidado de personas mayores/dependientes, duelo…)
- Separaciones, nuevas parejas, familias reconstituidas
- Dificultades en las familias con pacientes enfermos
- Cambios estresantes en la vida familiar
- Apoyo a los miembros familiares que atraviesan un proceso de separación o divorcio
- Trastornos de la conducta de los hijos
- Trastornos emocionales como ansiedad, depresión y duelo
- Adopción o acogida de niños/as
- Violencia doméstica
- Abuso de alcohol u otras sustancias
- Procesos de inmigración y adaptación cultural
- Conflictos entre padres e hijos
- Conflictos con las familias de origen
- Asesoramiento a madres/padres, dificultades de aprendizaje, problemas escolares
- Familias homoparentales